He estado pensando en cuáles
serían los factores que pueden llevar al éxito nuestro trabajo con el alumnado
TDAH en el aula. Después de leer comentarios que han publicado algunos
compañeros y visitado alguna que otra página web relacionada con el tema, he
hecho un pequeño listado de ideas o sugerencias con las que espero estéis de
acuerdo conmigo.
Lo primero a tener en cuenta es
la actitud
del profesor. Si piensas que el chico es un problema, esto te lleva a
afrontar la situación con incomodidad, inseguridad y puede que hasta miedo. Si
piensas que es un vago, lo más probable es que tu respuesta sea de enfado o
desinterés. Si por el contrario crees que ese chico es diferente a la gran
mayoría, probablemente te enfrentes a ello como un reto y pongas empeño e interés
en buscar una solución adecuada para ese chico.
Una vez que tienes claro que este
alumno no es así “porque quiere”, estaremos dando un paso adelante para
ayudarle. ¿Y cómo podemos conseguirlo? Principalmente usando nuestro sentido
común. Este alumnado suele traer consigo un largo historial de fracasos y
críticas negativas que empezaron ya en la guardería. Están acostumbrados a que
los mayores ( padres, profesores, vecinos,…) se quejen de ellos y esa carga posiblemente
ya ha minado su confianza, su frustración es considerable y su autoestima no
está precisamente en los niveles más altos.
Para romper ese ciclo de fracasos
encadenados, deberíamos empezar a reconocer sus pequeños logros, elogiando su esfuerzo
y felicitándole cuando alcance alguna meta. No hay nada más gratificante para
un chaval que le felicites delante de sus compañeros, o que le escribas una
nota positiva en la agenda para que su familia vea lo bien que lo ha hecho en
clase.
Debemos corregirle positivamente,
procurando no centrarnos tanto en lo que ha hecho mal, sino indicándole cómo lo
tienen que hacer para que les salga bien.
Otro aspecto a considerar es la ubicación
en el aula. En ocasiones sentamos a estos chicos al final de la clase,
para que no distraigan a los compañeros. Con esto estamos empeorando la
situación puesto que al tener un entorno más aburrido, está menos motivado, se
siente ignorado y eso provoca que hable y moleste más para hacerse notar y así
logra que el profesor, aunque sea para reñirle, le preste su atención. Si lo
colocamos en primera fila, cerca de nosotros, estaremos dándole nuestra
atención sin descuidar al resto de la clase. Podemos sentar a un alumno
responsable a su lado que le servirá de modelo de conducta y que le puede ir
ayudando de forma puntual. Al tenerlo más cerca, podemos supervisar su trabajo
más fácilmente.
No olvidemos otro factor
importante a considerar: la organización. Todo alumno y más
uno diagnosticado con TDAH ha de tener un sistema de organización bien
establecido. Con la colaboración de la familia, tenemos que acostumbrarle a
utilizar la agenda para anotar las tareas, exámenes y trabajos que tiene que
preparar en casa. Es conveniente además que tenga sus libretas / carpetas bien
identificadas y clasificadas en un archivador. Al principio, hasta que se habitúe
a trabajar con la agenda, hemos de estar más pendientes de él. Así que, antes
de que termine la clase, debemos comprobar que ha anotado todo lo que le hemos
indicado.
Obviamente otro indicador de
éxito será la forma en la que se afronte el trabajo. Ahí los profesores
podemos ayudar dosificándole las tareas: rebajando la cantidad que les pidamos
o fraccionándola. La idea es dividir el trabajo en pequeños bloques para que
puedan llevarlo a cabo manteniendo plena concentración durante intervalos
pequeños de tiempo. Menos trabajo implica pequeños descansos lo que supone
breves contactos con el profesor ( para corregirle, supervisarle, animarle) y
después vuelta al trabajo.
Habría más factores a tener en
cuenta y yo voy a señalar el último por mi parte. No es otro que crear la
figura del ayudante del profesor (para que tenga más libertad de movimientos
y pueda levantarse sin que incumpla ninguna norma del aula). Y así, por
ejemplo, podemos pedirle que “nos ayude” a repartir unas fotocopias, a recoger
trabajos, a buscar una tiza,…
Creo que mi post está claro: hay
muchas cosas que podemos hacer pero ninguna saldrá adelante si antes no nos implicamos y ponemos todo
de nuestra parte para ayudar a estos alumnos.